En las organizaciones es cada vez más necesario contar con conexiones digitales que fomenten una cultura organizacional colaborativa y fidelicen equipos de trabajo con la marca y su plataforma estratégica.
Una red social interna, aparece entonces, como un canal de comunicación que impulsa conexiones y alinea objetivos, mientras se fomenta la cooperación y el intercambio de conocimiento. Por otro lado, cada organización es distinta, por lo que debe pensar el funcionamiento de la red social, desde sus necesidades específicas.
Lo que sí es transversal para cualquier compañía, son los beneficios que obtiene al crear una cultura organizacional centrada en la transformación digital y apoyada en una herramienta de comunicación y colaboración. Pues un equipo conectado genera valor para la organización y es más innovador.
La comunicación interna es el habilitador que logra apropiar y fidelizar la cultura de cualquier compañía con los equipos de trabajo y colaboradores. Para esto, debe existir un plan de comunicación pensado hacia los objetivos corporativos, y en esta línea, una red social interna es un gran elemento, que conecta equipos y fomenta una cultura organizacional en torno a la colaboración.
De hecho, en un estudio realizado por McKinsey Global Institute, en el que dividieron a los colaboradores de una gran compañía en dos grupos, y asignaron a uno de ellos el uso de una red social interna por seis meses, se vieron resultados importantes en los comportamientos y metodologías de relacionamiento entre equipos.
Se evidenció principalmente, que los colaboradores que usaron la herramienta, aumentaron la posibilidad de conectar con compañeros para avanzar en objetivos específicos hasta en un 31%, y además, lograron identificar en un 88% más, las habilidades de sus colegas para actividades determinadas.
El éxito final de una red social interna, se centra en la aceptación y uso que los colaboradores le den a la herramienta. Es por eso que es muy importante tener presente el valor de la comunicación desde los altos cargos de la compañía.
En esta línea, la asignación de líderes y ejecutivos de alto nivel que se conviertan en promotores y guíen el uso de la red social corporativa a través del ejemplo como parte de la cultura organizacional, motivará a los demás miembros del equipo a usar la herramienta y darle el valor esperado.
Sin embargo, estos voceros deben tener claro que hacer uso de la herramienta va mucho más allá de verla como una plataforma transaccional de información. Por el contrario, debe mostrarse como un canal de interacción, colaboración e innovación que mejore la productividad y potencie procesos.
Pensando en la optimización de procesos y el apoyo en de la efectividad laboral de las compañías, una red social interna debe ser ese espacio divertido, intuitivo, fácil de usar y cercano. Pero más importante aún, debe ser acorde a las necesidades de cada negocio y a las responsabilidades de cada equipo de trabajo o colaborador.
Es por esto que se deben tener en cuenta ocho puntos principales a la hora de implementar una red corporativa, si realmente se quiere fortalecer la cultura organizacional y fidelizar a los equipos de trabajo:
«Una red social interna, aparece entonces, como un canal de comunicación que impulsa conexiones y alinea objetivos, mientras se fomenta la cooperación y el intercambio de conocimiento.»
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